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El sueño cumplido
Las hermanas Cathy y Anabel Navarro disputaron el Maratón de Nueva York Las atletas veteranas del Stadium Casablanca cumplieron una experiencia "irrepetible".
12/11/2009 R. MARTÍHace doce días que Cathy y Anabel disputaron el maratón de Nueva York y todavía se encuentran en una nube. Estas fondistas veteranas del Casablanca son las mujeres más felices del mundo. Su amplia sonrisa delata que han vivido una experiencia impresionante, inolvidable. Acostumbradas a correr las populares aragonesas, en la ciudad de los rascacielos han vivido una cosa muy diferente.
Esta primavera la pasión de Cathy Navarro arrastró a su hermana Anabel. En mayo ya se habían apuntado por internet para correr en una de las ciudades más importantes del mundo. Acreditaron un crono y poco después fueron seleccionadas. La inscripción costaba 180 euros. "Cuando me mandaron el mail confirmando que podíamos correr, di unos saltos en mi casa como si me hubiera tocado la lotería. También se puede correr por sorteo o dando un donativo de 2.500 dólares", explica Cathy.
Para ambas, lo de menos era la marca. Había que vivir la experiencia. "La preparación que llevaba no era muy buena", afirma Anabel. Cathy corrió el 20 de septiembre el Maratón de Berlín, donde tuvo problemas en su rodilla. "Después arriesgué y corrí la media de Andorra y fui muy despacio". Anabel se inició en el atletismo en velocidad con el Olimpo. Después se pasó al Casablanca, comenzó a correr fondo y ya ha disputado los maratones de Valencia y San Sebastián. Cathy lleva 20 años en el atletismo y ya compitió en San Sebastián y Zaragoza.
La salida
La salida era en Staten Island y después pasaron el Puente Verrazano. La marabunta era de 45.000 corredores. Su familia fue hasta allí para animarlas. "Las salidas eran escalonadas y comenzamos media hora más tarde que la élite. Todo lo que nos sucedía era muy bonito y salí con mucha energía. Mi hermana iba delante y la tenía muy cerca. Fui regulando y no quería cebarme. El objetivo era terminar", afirma Cathy, que acabó en 3.55.28 y entrando alrededor del puesto 12.000. Anabel llegó un poco antes: entre los 9.000 primeros en 3.46.36.
Esa mañana hacía mucho frío, poco más de cero grados. "Salimos del hotel a las cinco y media y llegamos una hora más tarde. Un autobús de la organización nos vino a recoger. Hasta la salida estuvimos mucho tiempo a la intemperie", dice Anabel. Con todo el centro de Nueva York paralizado, en ningún momento tuvieron la sensación de caos. "Era tan buena la organización, que no había colas para nada". Anabel tuvo muy buenas sensaciones en la carrera. "Competir con frío me gusta. Correr con tanta gente era como ir a rebufo. Pero en el kilómetro 18 tuve flato".
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